21/03/2024
Víctimas de origen alemán en la ESMA
El terror sin fronteras
El particular caso de los desaparecidos y las desaparecidas de origen alemán durante la dictadura muestra las dificultades de involucrar a algunos gobiernos de entonces con el reclamo de justicia, por los intereses comerciales involucrados. “Un camión Mercedes Benz vale más que la vida de un terrorista”, llegaron a escuchar los familiares. Una muestra en el Museo Sitio de Memoria ESMA recrea aquella historia.
Durante la última dictadura cívico-militar numerosas personas alemanas o de origen alemán fueron víctimas de crímenes de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado argentino. La investigación museográfica permitió identificar un número de alrededor de 20 personas que tenían un origen familiar alemán, una doble nacionalidad o, incluso, eran ciudadanos alemanes que pasaron por el Centro Clandestino de la ESMA. Las historias recuperadas de estas víctimas, que conforman el núcleo de la exhibición temporaria del Museo Sitio de Memoria ESMA, permitieron dar cuenta de las relaciones complejas y cambiantes entre Argentina y Alemania, desde el principio de la dictadura cívico- militar hasta nuestros días.
La muestra “Víctimas de Origen Alemán en la ESMA”, realizada por el Museo Sito con la colaboración de la Fundación Käsemann, se articula en tres ejes: Complicidad, Solidaridad y Justicia. Ese recorrido se ilustra a través de documentos gráficos y del testimonio de muchos de sus protagonistas.
Víctimas de Origen Alemán en la ESMA, Museo Sitio de Memoria ESMA, 2024. Fotos: Sitio de Memoria ESMA.
Complicidad
Luego del golpe del 24 de marzo de 1976, el gobierno de la Junta Militar fue evaluado por la política exterior de la República Federal de Alemania como un poder que aseguraba el orden en el país y promovía un cambio de las políticas económicas favorable a los intereses de las empresas alemanas. El mismo Alfredo Martínez de Hoz, primer ministro de Economía de la Junta Militar, había actuado como abogado de la empresa Siemens en sus juicios contra el Estado argentino.
Las inversiones directas y el comercio experimentaron un crecimiento significativo entre 1976 y 1983. Dos sectores económicos se vieron notablemente beneficiados económicamente a la vez que fortalecieron a la dictadura cívico-militar: el comercio de armas y el negocio nuclear.
En este mismo período la planta argentina de Mercedes Benz se encontraba entre las empresas de mayor facturación del país y tenía como cliente principal al Ejército Argentino, que le compraba a la firma de camiones Unimog. Este intercambio comercial fue utilizado por la embajada de la República Federal de Alemania como justificativo para no intervenir en favor de las víctimas de la dictadura. Así lo expresa la sobreviviente del Centro Clandestino de la ESMA, Bettina Ehrenhaus, en su testimonio en 2010 ante la Justicia:
“Lo primero que hacían las familias alemanas era ir a la embajada a denunciar o a ver si los podían ayudar. Si bien no hubo tiempo, yo estuve muy pocos días, pero mi padre sí fue después como estaban estas madres y de hecho las conocía, a la embajada a pedir por mi marido, y un funcionario de la embajada lo llamó aparte y le dijeron que iban a averiguar. Un día lo llamaron, lo llevaron aparte y le dijeron que no se podía hacer nada porque éramos terroristas, que en ese momento le dijeron una frase que a mi padre le quedó grabada y a mí también, que un camión Mercedes Benz valía más que la vida de un terrorista”.
También se manifestó la complicidad de las autoridades alemanas con la dictadura en el caso del llamado “Mayor Peirano”, un agente de inteligencia del Ejército que utilizaba un sosías y atendía en la propia Embajada de la República Federal de Alemania a los familiares de personas detenidas-desaparecidas que se dirigían allí para solicitar ayuda. La sobreviviente del Centro Clandestino de la ESMA Adriana Marcus describió esa situación en los siguientes términos:
“Mis padres, tuvieron la sensación de que esta persona [el Mayor Peirano] era una persona que en realidad lejos de ser alguien que realmente estaba dispuesto a ayudar, era una persona que estaba buscando más información para los servicios de inteligencia”.
Recién en 1999, después de una investigación periodística, el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, reconoció el caso por primera vez. El hasta entonces conocido como “Mayor Peirano” fue identificado como el agente de Inteligencia Carlos Antonio Españadero. Años más tarde, Españadero fue condenado por delitos de lesa humanidad cometidos entre finales de 1975 y 1977.
Víctimas de Origen Alemán en la ESMA, Museo Sitio de Memoria ESMA, 2024. Fotos: Sitio de Memoria ESMA.
Solidaridad
Annemarie Zieschank, madre de Klaus Zieschank, el primer secuestrado de origen alemán, viajó a Alemania Federal en julio de 1976 para reclamar por su hijo, tras apelar sin éxito a todas las instancias disponibles en Argentina, incluida la Embajada de la República Federal de Alemania.
Ya en la República Federal de Alemania, el entonces Ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, se negó a recibirla. Annemarie, junto con compañeros de estudios de Klaus, con integrantes del Movimiento de Solidaridad con Chile y con miembros de la sección alemana de Amnistía Internacional, inició una protesta. El grupo realizó una huelga de hambre de cinco días por el secuestro de Klaus en la plaza del Ayuntamiento de Bonn. Al regresar a Argentina, Annemarie se vinculó con otras mujeres que había conocido durante la búsqueda de su hijo y fundaron la Comisión de Madres y Familiares de los Detenidos-Desaparecidos Alemanes y de Origen Alemán en la Argentina. La Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) apoyó a este grupo y les facilitó un espacio para sus reuniones.
Otro caso que produjo una fuerte conmoción en la opinión pública alemana fue la desaparición y posterior asesinato de Elisabeth Käsemann, hija de un conocido teólogo alemán. Tanto la Embajada de la República Federal de Alemania en Buenos Aires como el gobierno alemán en general recibieron fuertes críticas. A través del sostenido activismo de los familiares y de asociaciones alemanas el debate llegó al Parlamento Federal (Bundestag).
En diciembre de 1977, representantes de la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADUH) y del Centro de Información para América Latina (ILA) se juntaron en Bonn con el objetivo de organizar una campaña de concientización sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Argentina y difundirla en el marco de la realización del Mundial de Fútbol de 1978.
La campaña de difusión, bajo el lema “Fútbol sí-Tortura no”, logró llegar a un público amplio, movilizando a círculos eclesiásticos, sindicatos y grupos de Derechos Humanos. Miles de personas firmaron un llamado al gobierno alemán para que ofreciera asilo a 500 presos políticos argentinos.
Esta campaña constituyó para la República Federal de Alemania la primera gran actividad a nivel nacional para denunciar a la Junta Militar.
Víctimas de Origen Alemán en la ESMA, Museo Sitio de Memoria ESMA, 2024. Fotos: Sitio de Memoria ESMA.
Justicia
A raíz de la impunidad que predominó en Argentina en la década del 90, la única posibilidad para las víctimas y sus familiares de esclarecer el paradero de las y los detenidos-desaparecidos y de llevar a los responsables ante la Justicia, se halló en los procesos judiciales desde los países de origen de las víctimas. De este modo, en numerosos países europeos, entre los cuales se encontraba Alemania, se iniciaron durante esos años procesos judiciales contra los militares argentinos.
En 1997, el grupo de familiares de origen alemán buscó el apoyo del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel para comenzar un juicio en Alemania tomando como referencia los procesos de justicia iniciados poco tiempo antes en España y Francia.
Para motorizar este proceso en Alemania se formó la Coalición contra la Impunidad en Argentina, compuesta por una red de organizaciones no gubernamentales de Alemania (eclesiásticas, jurídicas y de Derechos Humanos). Esta fue la principal fuerza en la investigación de los crímenes cometidos por la dictadura cívico-militar argentina contra las y los alemanes o descendientes de alemanes.
La Coalición se fundó formalmente en marzo de 1998 en el Centro de Derechos Humanos de Núremberg y se concibió como una red doméstica que trabajaba junto con grupos argentinos de Derechos Humanos, entre ellos el Servicio de Paz y Justicia de Argentina (SERPAJ), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Además, la Coalición y las organizaciones argentinas formaron parte de una red internacional con otros grupos y redes de Italia, España, Suecia, Inglaterra y otros países.
Los procedimientos penales en Alemania fueron iniciados por las y los sobrevivientes, testigos y familiares de las y los desaparecidos, y no por el Estado.
Los años de perseverancia, la presión constante de la Coalición y el cambio de postura del gobierno de Alemania, que pasado un tiempo decidió presentarse como querellante, hicieron posible una serie de hechos muy concretos. Primero, que los crímenes cometidos por militares en Argentina contra personas de ascendencia alemana pudieran empezar a ser investigados desde Alemania (1998). Segundo, que la identidad del “Mayor Peirano” fuera oficialmente desenmascarada. Tercero, que los expedientes sobre las y los desaparecidos alemanes en la Embajada Alemana en Buenos Aires pudieran ser consultados por los familiares (marzo de 1999). Cuarto, que las investigaciones en los casos de las víctimas judío-alemanas fueran aceptados por los tribunales (2000-2001). Y quinto, que se pudieran emitir órdenes de detención internacional y solicitudes de extradición de militares responsables en los casos Käsemann y Zieschank (2001-2004).
La exhibición temporaria Víctimas de Origen Alemán en la ESMA se puede visitar de martes a domingos, de 10 a 17 h, en el Museo Sitio de Memoria ESMA.
Staff de la muestra
Directora Ejecutiva: Mayki Gorosito
Curaduría: Mauricio Cohen Salama – María Eva Amieiro – Mariano Goicochea
Investigación, archivo, documentación: Miriam Bleimer (becaria del programa ASA) - Marcia Pérez (integrante del Museo Sitio, becaria del programa ASA) - Mariano Goicochea - María Eva Amieiro
Producción audiovisual: Luciano Donoso
Diseño Gráfico: Nicolás Seguí
Collage y colaboración gráfica: Federico Geller
Fotografía: Camilo del Cerro
Asesora legal: Marcela Iellimo
Técnica: Diego García - Víctor Monte
Administración: Natalia Santopietro
Traducciones: Miriam Bleimer (becaria del programa ASA) - Mariano Goicochea
Prensa: Agustina Martínez Alcorta - María Eugenia Vidal
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