27/02/2024
¿Cuándo fue el día más tórrido de Buenos Aires?
Así es el calor
Es innegable que cada vez hace más calor. Sin embargo, en la Ciudad de Buenos Aires el récord de temperatura permanece invicto desde hace más de 60 años, 43 grados. ¿Cómo fue posible llegar a ese número? ¿Qué tan lejos estamos de quebrar ese récord?
¿Cuánto calor es mucho calor? En tiempos de calentamiento global y aumento constante de la temperatura del planeta es ya un signo de época estar a la espera de cuándo se va a batir tal o cual récord en el termómetro, de cuándo va a ser ese día que tengamos más calor que en ningún otro, y calamidades similares, seguramente, todas ciertas.
Sin embargo y por extraño que parezca, hay una marca que se mantiene invicta desde hace años, ajena a los vaivenes de la capa de ozono o la emisión de carbono: el día más caluroso de la historia de la Ciudad de Buenos Aires. Fue también un día trágico, marcado por la sorpresa, el abatimiento y la muerte.
“La población de Buenos Aires soportó ayer un día agobiante”, consignaba el diario Clarín al día siguiente de la histórica jornada. Y vaya que lo fue: el 29 de enero de 1957, alrededor de las 3 de la tarde, la temperatura alcanzó los 43,3 grados, la marca más alta registrada hasta hoy desde que comenzó a elaborarse ese registro en la Ciudad de Buenos Aires, en 1906.
"Récord". Archivo de la Hemeroteca porteña. Calendario 29 de enero 1957.
“Los distintos servicios asistenciales debieron prestar ayuda a 95 personas, que sufrieron los efectos del calor, 15 de los cuales se encontraban anoche graves y once fallecieron en esta capital”, cuenta Clarín. 11 muertos, el saldo más luctuoso del que se tengan registros por un acontecimiento climático en la historia moderna de esta ciudad.
“Esta situación de calor se da cuando ingresa el aire cálido del norte y se combina con altas presiones en el centro del país. Las altas presiones producen días despejados, de poco viento y producen una compresión del aire, que lo calienta aún más. Si esta situación persiste, las temperaturas van en aumento”, puntualizan desde el Servicios Meteorológico Nacional recordando aquellas jornadas de hace 67 años. “Como dato de color, hubo una ola de calor de solo tres días, entre el 27 y el 29 enero de ese año, y las temperaturas oscilaron entre 22.5 y los 43.3”, el récord.
Los registros fílmicos y fotográficos de la época muestran a porteños y porteñas refrescándose en piletas, fuentes, con hielo, con una bebida acorde. El Balneario Municipal y el Balneario de Núñez - sí, en Nuñez había un balneario público - recibieron ese 29 de enero a miles de personas con deseos de refrescarse. Un video del Archivo General de la Nación también retrata a algunos hombres con pantalón de vestir, como se utilizaba entonces, pero con el torso desnudo, sin camisa ni remera, una rareza para entonces. “En CABA no es tan común tener temperaturas por encima de los 40°C, ya que la cercanía al Río de la Plata ayuda a moderar los cambios de temperatura, pero en localidades como Ezeiza, por ejemplo, se alcanzan mucho más seguido”, aclaran desde el SMN. No obstante ello, hubo algunos registros parecidos, pero ninguno tan alto como aquel día del infierno: 41.5°C el 14/1/2022; 40.5°C el 18/12/1995 y el 31/1/1935; 40.3 °C el 18/1/1943 y 40.0 °C el 24/1/1923.
Ciudad y calor
Lo extraño del fenómeno es que, según explican desde el SMN, las ciudades no suelen registrar picos de temperatura tan despegados de su promedio habitual. “Las temperaturas están en aumento, y este aumento puede ser más notorio en las ciudades por la reducción de espacios verdes. Pero en general, las ciudades no tienen un gran salto en las temperaturas máximas, sino que en las grandes urbes es mucho más marcado la falta de enfriamiento nocturno. El concreto y cemento emiten calor durante toda la noche, y las temperaturas mínimas tienden a ser cada vez más elevadas”, profundizan desde el SMN.
El día más caluroso de Buenos Aires, 29 de enero de 1957. Fuente: https://www.perfil.com
De hecho la temperatura más alta alcanzada en el país fue en una zona rural: 49,1 °C, el 2 de enero de 1920, en Villa de María del Río Seco, Córdoba. Esta es también la temperatura más alta alguna vez registrada en América del Sur. También durante 2023, que fue el año con la temperatura promedio más alta desde que se calcula en nuestro país - 1961 - la marca máxima fue en una zona rural: 46.5 grados centígrados en la localidad salteña de Rivadavia, el 20 de enero. “Cuando se busca cuantificar el aumento de temperaturas global del planeta o de una ciudad, no se usan los datos de estaciones meteorológicas que se encuentran dentro de las ciudades. Solo se consideran los que están en lugares alejados y dentro de una zona muy amplia de espacio verde, para que no influya la isla urbana de calor”, dice el SMN. “Lo más importante es pensar a las ciudades para que se adapten a un ambiente más cálido. Esto implica desde la arquitectura hasta los pulmones y arboledas. También es fundamental adaptar nuestras actividades para evitar exponernos a los horarios de mayor calentamiento”.
Olas de calor cada vez más prolongadas y más frecuentes, temperatura de los mares en ascenso, cambios en la biósfera producto de las mutaciones térmicas, todo ello junto, sin embargo, no alcanza para doblegar aún aquella marca de hace casi 70 años. Imperecedero, aquel récord sigue siendo un hito para la meteorología argentina, ajeno al curso de los calores contemporáneos y de los eventuales debates que suscita, aquí y allá. No por tan singular ni por tan invicta, sin embargo, aquella tórrida jornada debe dejar de advertirnos que, como lo supieron los porteños entonces, dejar que el termómetro suba no parece la mejor idea, si lo que queremos conservar es, al menos, “un instante en que se pueda respirar”. A tomar nota y mucha agua.
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