28/04/2023
Las ocasiones #19
Compartimos una selección de poemas de Linda Hogan, - escritora y ecologista de la cultura Chickasaw- seleccionados, traducidos y prologados por la poeta Márgara Averbach, en donde el mundo se lee “con una mirada directamente opuesta a la europea”.
Linda Hogan y la poesía chickasaw.
Linda Hogan es novelista, ensayista, poeta y escribe libros imposibles de clasificar dentro de los compartimentos estancos del conocimiento occidental. Como muchos autores amerindios contemporáneos, la suya es una literatura mestiza: expresa una visión del mundo chickasaw (según el concepto de Lucien Goldmann: la visión del mundo no es individual, es la lectura del mundo que nos legó nuestra comunidad) pero escribe en inglés, el “idioma del enemigo” (según otras dos grandes poetas, Joy Harjo y Gloria Bird, ese tipo de escritura es “reinventar el idioma del enemigo”, título de una antología que se publicó a fines del siglo xx en el cambio de siglo). La obra de Hogan lee el mundo con una mirada directamente opuesta a la europea (occidental).
En una lista muy breve e incompleta, las que siguen son solo algunas de las diferencias más importantes entre las visiones del mundo europeas y las amerindias (que también se pueden rastrear en otros autores amerindios como Leslie Silko, Gordon Henry, Simon Ortiz, Carter Revard, Anita Endrezze):
-Desde Platón, el pensamiento europeo es esencialmente binario: se basa en oposiciones. En las civilizaciones amerindias, en cambio: nada funciona en pares opuestos y por eso, no existen las oposiciones Mal vs. Bien, ser humano vs naturaleza, masculino vs femenino, vida vs muerte, cómico vs trágico, etc. En las culturas de América (me refiero al continente), todo es permeable y todo está relacionado con todo.
-El ser humano no es el centro del universo; no hay diferencia jerárquica entre los humanos y el resto del planeta. Al contrario, la humanidad forma parte de una red en la que todos son necesarios y nadie importa más que el otro. Todos, desde el planeta Madre hasta los ríos, el mar, las plantas y los animales somos parientes.
-No hay oposición entre individuo y comunidad porque el individuo no existe fuera de la comunidad. Todas las decisiones se toman teniendo en cuenta a “todos los parientes”, humanos y no humanos y a todas las generaciones anteriores y posteriores.
-No hay separación profunda entre lenguaje y mundo como en Occidente después de Saussure. El lenguaje y el mundo (y sus cosas) están unidos. Por lo tanto, toda palabra cambia el mundo extralingüístico y la literatura es siempre política en el sentido de que es capaz de cambiar el mundo.
- El tiempo no es lineal sino circular, lo que importa son los ciclos (las estaciones, el día y la noche, lo que siempre vuelve).
Esas y otras ideas marcancon claridad los poemas traducidos a continuación. Por ejemplo. “Cruzar” describe las relaciones de “parentesco” entre los seres humanos y otros seres del planeta, y lo hace usando la teoría de la “evolución” de Darwin para expresar no la superioridad de lo humano sino el parentesco que nos une a todo. La misma mirada aparece en “Ciudades detrás del vidrio”, donde el yo poético lleva animales y personas a Europa pero ningún europeo la ve realmente. En “Bambú”, hay una conversación de igual a igual con las cañas y una denuncia contrala forma en que las usa la humanidad para la crueldad. En “Los alquimistas” se denuncia el manejo irresponsable de la ciencia, ese no pensar en las consecuencias que puede tener lo que se hace hoypara las generaciones siguientes. El poema apela también a la Historia en su totalidad (los juegos medioevales con la alquimia tienen consecuencias hoy) y habla metafóricamente del rechazo a la diferencia: para los alquimistas, el plomo es lo bajo, lo enfermo, como ha sido todo lo no europeo para Europa, que convirtió siempre y convierte en monstruos eliminables a los“diferentes”. “Rastrear”, en cambio, es un poema sobre una relación armónica con la naturaleza; sobre la forma en que ven esa relación las culturas amerindias, incluso en la caza (este tema es el centro de uno de los libros inclasificables de Hogan, Dwellings).
En todos estos poemas, la mirada fluida, holística, de los chickasaws habla de la forma en que las ideas europeas destruyen la Tierra, con un vocabulario de palabras cotidianas, conocidas, que no exigen lecturas previas a sus lectores, una magia poderosa y bella en las imágenes y un cuidado extremo en el final de cada poema.
Índice de poemas traducidos:
1. Ciudades detrás del vidrio
2. Cruzar
3. Bambú
4. Los alquimistas
5. Rastrear
Renacer de la Serie Autoretrato 7. Foto: Xunxun Sun
1.
Cities behind glass
Dusty light falls through windows
where entire families journey together, alone.
Mothers open the sills and shake the old world
from lace tablecloths.
Beneath flowered babushkas
immigrant women put their faith in city buses.
They take refuge behind glass,
lay their heads against windows.
Behind veined eyelids
they journey.
Brussels, perhaps, is their destination.
Where older women make lace,
wrapping linen around pins
and where the sun lies down in spider webs.
On the street,
invisible panes of glass are strapped
to the sides of a truck.
The world shows through
filled with people, with red horses
making their departures between streets.
Inside that slow horse flesh
behind blinders
the dark animals are running
shadow horses,
horses of light
running accross American hills.
Everything is foreign here.
No one sees me.
No one sees this woman walking city streets.
No one sees the animals running inside my skin,
the deep forest of southern trees,
the dark grandmothers looking through my eyes,
taking it in, traveling still.
Ciudades detrás del vidrio
Una luz polvorienta cae a través de ventanas
donde familias enteras viajan juntas, solas.
Las madres abren las persianas y sacuden el mundo viejo
de los manteles de encaje.
Debajo de pañoletas floreadas
Las inmigrantes ponen su fe en los autobuses de la ciudad.
Se refugian detrás de los vidrios,
apoyan las cabezas contra las ventanillas.
Detrás de párpados azulados de venas,
viajan.
Bruselas, tal vez, es su destino.
Donde mujeres más viejas tejen encaje,
envuelven lino alrededor de agujas
y donde el sol se acuesta sobre telas de araña.
En la calle,
hojas invisibles de vidrio atadas
a los costados de un camión.
El mundo se ve a través de ellas,
lleno de gente, con caballos rojos
que se alejan entre las calles.
Dentro de esa piel lenta de caballo
detrás de las anteojeras
los animales oscuros están corriendo,
caballos de sombra,
caballos de luz
que corren sobre colinas americanas.
Todo es extraño aquí.
Nadie me ve.
Nadie ve a esta mujer que camina calles de la ciudad.
Nadie ve los animales que corren dentro de mi piel,
la selva profunda de árboles sureños,
las abuelas oscuras que miran a través de mis ojos,
observándolo todo, viajando todavía.
De la Serie Autoretrato 4. Foto: Xunxun Sun
2.
Crossings
There is a place at the center of earth
where one ocean dissolves inside the other
in a black and holy love;
it’s why the whales of one sea
know the songs of the other,
why one thing becomes something else
and sand falls down the hourglass
into another time.
Once I saw a fetal whale
on a block of shining ice.
Not yet whale, it still wore the shadow
of a human face and fingers
that had grown before the taking
back and turning into fin.
It was a child from the curving world
of water turned square,
cold, small.
Sometimes the longing in me
comes from when I remember
the terrain of crossed beginnings
when whales lived on land
and we stepped out of water
to enter our lives in air.
Sometimes it’s from the spilled cup of a child
who passed through all the elements
into the human fold,
but when I turned him over
I saw that he did not want to live
in air. He’d barely lost
the trace of gill slits
and already he was a member of the clan of crossings.
Like tides of water,
he wanted to turn back.
I spoke across elements
as he was leaving
and told him, Go.
It was like the wild horses
that night when fog lifted.
They were swimming across the river.
Dark was that water,
darker still were the horses,
and then they were gone.
Cruzar
Hay un lugar en el centro de la Tierra
en el que un océano se disuelve dentro del otro
en un amor negro y sagrado;
por eso las ballenas de un mar
conocen canciones del otro,
por eso una cosa se transforma en otra
y la arena cae en el reloj
hacia otro tiempo.
Una vez vi un feto de ballena
en un bloque de hielo brillante.
No era ballena todavía pero tenía la sombra
de una cara humana y dedos
que le habían crecido antes de desaparecer,
de convertirse en aletas.
Era un hijo del mundo en curvas
del agua y ahora estaba cuadrado,
frío, diminuto.
A veces, la nostalgia mía
viene de cuando me acuerdo
del territorio de comienzos cruzados
cuando las ballenas vivían en la tierra
y nosotros dimos un paso fuera del agua
para entrar en nuestras vidas en el aire.
A veces, de la taza derramada de un chico
que pasó a través de todos los elementos
y entró al pliegue humano,
pero cuando lo di vuelta
vi que no quería vivir
en el aire. Apenas acababa de perder
las huellas de las branquias
y ya era un miembro del clan de los cruces.
Como las mareas del agua,
quería volver.
Yo hablé a través de los elementos
mientras él se iba
y le dije, Ve.
Fue como los caballos salvajes
esa noche de niebla.
Atravesaban el río a nado.
Oscura era ese agua,
más oscuros, los caballos,
y después, ya no estaban.
De la Serie Autoretrato 1. Foto: Xunxun Sun
3.
Bamboo
First Woman was made of slender bones
like these that stand upright together
in the rich, green world of daylight.
At night, they are a darkened forest
of sisters who grow quickly
in moving water
and talk in the clattering breeze
as if each is an open throat, rising
to speak.
I tell a man about this beautiful
Creaking world, how it flowers all
at once. He has been to war. He says
with bamboo they do terrible things
to men and women.
I look at this bamboo.
It did not give permission to soldiers.
It is imprisoned in its own skin.
The stalks are restless about this.
They have lived too long in the world of men.
They are hollow inside.
Lord, are you listening to this?
Plants are climbing to heaven
to talk to you.
Bambú
Hicieron a Primera Mujer de huesos esbeltos
como los que se alzan aquí, de pie, juntos
en el mundo verde, rico, de la luz del día.
De noche, son una selva oscurecida
de hermanas que crecen rápido
en el agua en movimiento
y hablan en la brisa
con ruidos de metal
como si cada una fuera una garganta abierta, que se alza
para hablar.
Le cuento a un hombre sobre ese mundo hermoso
de crujidos, le digo cómo florece todo al mismo
tiempo. Él estuvo en la guerra. Dice
que el bambú sirve para hacer cosas terribles
a hombres y mujeres.
Miro a este bambú.
No le dio permiso a los soldados.
Es prisionero de su propia piel.
Los brotes tiemblan por eso.
Han vivido demasiado en el mundo de los hombres.
Están vacíos por dentro.
Señor, ¿escuchas esto?
Las plantas trepan hasta el cielo
para hablarte.
De la Serie Autoretrato 6. Foto: Xunxun Sun
4.
The Alchemists
By day
they bent over lead’s
heavy spirit of illness,
asking it to be gold,
the lord from humble beginnings.
And the mad soul of mercury
fell through their hands
through settled floors
and came to rest
silver and deadly
in a hidden corner
where it would grow.
Gold was the property
that could take sickness out
from lead.
It was fire
held still.
At night
they lifted the glass
of black grapes
and sugar to their lips
and drank the flaked gold
suspended in wine
like sparks of fire,
then watched it fall
like fool’s gold
to the bottom of a pond.
Yesterday, my father behind a curtain
in the sick ward
heard a doctor
tell a man where the knife
would cut flesh .
Listen, my father said,
that man is saying a poem.
No, he’s telling a story.
No, I believe
he is reading from a magical book.
But he was only a man
talking to iron,
willing it to be gold.
If it had worked
we would kneel down before it
and live forever,
all base metals
in ceremonial fire.
Los alquimistas
De día
se inclinaban sobre el pesado
espíritu de la enfermedad del plomo,
pidiéndole que fuera oro,
el señor de comienzos humildes.
Y el alma loca del mercurio
cayó entre sus dedos
a través de suelos afirmados
y terminó descansando,
plateado y mortífero,
en un rincón oculto
donde crecería.
El oro era la propiedad
que podía sacar la enfermedad
del plomo.
Era fuego
que mantenían quieto.
De noche
levantaban el vaso
de uvas negras
y azúcar hasta sus labios
y bebían el oro en escamas
suspendido en el vino
como chispas de fuego,
después lo miraban caer
como oro falso
hasta el fondo de una laguna.
Ayer, mi padre, detrás de una cortina,
en la sala de los enfermos,
oyó a un doctor
decirle a un hombre en qué lugar cortaría
la carne el cuchillo.
Escucha, dijo mi padre,
ese hombre está diciendo un poema.
No, está contando una historia.
No, creo
que está leyendo un libro mágico.
Pero era sólo un hombre
que le hablaba al hierro
y quería que fuera oro.
Si hubiera funcionado,
nos habríamos arrodillado frente a él
y habríamos vivido para siempre,
todos metales bajos
en el fuego ceremonial.
De la Serie Autoretrato 3. Foto: Xunxun Sun
5.
Tracking
After a long season of rains,
we followed the wild pig,
its hoofprints like small arrows
through dark moss and ferns,
to borrow its sharp backed life
for a while
inside our own.
It pawed the wet ground
for milk-white potatoes
that filled themselves
beneath the ground.
In the dark forest it went,
where growing sticks
were sharp as the black,
wounded heart of brush,
where roads ended in fog,
where the first race of men
built walls of small, white stones
that have not fallen,
the vanished
into the dark center of things
that beats like a heart
unable to cry
back the old lives,
the uncertain lands and tongues.
We followed the tracks like arrows
into a cave
where the walls were wet and shining
but they did not come out
and no pig was there,
only cool emptiness.
We hoped it was not an angry ghost
or hungry
or lonely
but the damp black stones were shining
in there
and on the ceiling
were painted the green birds
that once lived
in the rain and the trees.
It was like the night
I woke beneath the river
and there was no way back to the forest
except to become a spring of clear water,
to fill myself
and make a new way
through the world.
Rastrear
Después de una larga estación de lluvias
seguimos al cerdo salvaje,
las huellas como flechas pequeñas
a través de helechos y musgos, sin tregua,
para pedirle prestada su vida de espaldas rápidas
por un tiempo,
dentro de la nuestra.
El cerdo cavó en el suelo húmedo
buscando papas blancas de leche
que se llenaban a sí mismas
bajo el suelo.
En el bosque oscuro caminaba,
donde los tallos que crecían
eran tan filosos como el corazón
negro, herido de la maleza,
donde los senderos terminaban en niebla,
donde la primera raza de hombres
construyó paredes con piedritas blancas
que no se han derrumbado
y después desapareció
en el centro oscuro de las cosas
que late como un corazón
que no trae de vuelta con su llanto
a las viejas vidas,
las tierras y lenguas inciertas.
Seguimos las huellas como flechas
hasta una cueva
de paredes húmedas, brillantes
pero las huellas no salían de nuevo
y no había ningún cerdo adentro,
sólo vacío fresco.
Esperamos que no fuera un fantasma furioso
o hambriento
o solo
pero las piedras húmedas negras estaban brillando
ahí dentro
y en el techo
habían pintado a los pájaros
verdes que una vez vivieron
en la lluvia y en los árboles altos.
Era como la noche
en que me desperté debajo del río
y no había camino para volver al bosque
excepto transformarse en un arroyo de agua
para llenarme
y hacer un sendero nuevo
por el mundo.
Márgara Averbach
Doctora en Letras, Traductora Literaria. Profesora de Literatura Estadounidense en UBA; Traducción Literaria en Lenguas Vivas J. R. Fernández y Sofía Spangenberg. Tradujo más de 80 libros. Entre otros publicó en Literatura LIJ: Guitarras; Los que volvieron (White Raven, 2017); la saga Historia de los cuatro rumbos; El bosque del primer piso; para adultos: Cuarto menguante (dos novelas cortas), Mapas (cuentos), Los dos ombúes (novela), Hablar sola y La puerta de Pagancillo (poesía). Recibió, entre otros: Primer Premio Cuento Infantil (Madres de Plaza de Mayo, 1992); Premio Conosur a la Traducción (2007); Premio de Biblioteca Nacional de novela: Una cuadra (2007); Diploma Kónex Literatura Juvenil (2014), Destacados de Alija: El año de la Vaca (2004); traducción, Había una vez una vieja, (2010); novela infantil, El agua quieta, (2015) y como parte de la antología Historias desde casa (2022).
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