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Revista Haroldo

Diálogo con el pasado y el presente

21/10/2021

Día Nacional del Derecho a la Identidad

El BNDG como una construcción colectiva para garantizar el derecho a la identidad

Cuando se piensa en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) se asocia inmediatamente a la ciencia, al derecho a la identidad y a las Abuelas de Plaza de Mayo. Creado en 1987, el BNDG fue y es una “política pública creada necesariamente a raíz de un trabajo colectivo, creada con las y los otros y con actores que además eran víctimas y destinatarios a la vez”, señala Daniela Albamonte.

Cuando pensamos en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) pensamos en la ciencia, en el derecho a la identidad y en las Abuelas de Plaza de Mayo. El BNDG es un organismo creado para dar respuesta a un gran interrogante ¿Cómo podemos encontrar a los niños y las niñas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar?

Vamos a situarnos en un tiempo, en un espacio y en un contexto social y político en el cual ubicamos la creación del BNDG en el año 1987 con la Ley 23.511, inmediatamente después de la recuperación de la democracia. Podemos pensar la creación de este banco como el fin de una etapa y comienzo de una nueva, porque hasta llegar a la creación del BNDG pasaron numerosos acontecimientos que requirieron de mucho esfuerzo y de un trabajo articulado entre Abuelas de Plaza de Mayo y científicos, científicas y profesionales de distintas áreas.  Además de estos actores se necesitó de un Estado que tome la iniciativa de crear una herramienta para restituir aquellas identidades que el mismo Estado había arrebatado. El BNDG, entonces, va a ser una de las herramientas necesarias en la búsqueda por la Memoria, la Verdad y la Justicia para garantizar el derecho a la identidad.

Es muy interesante ver cómo se construyó esta política pública. Muchas veces pensamos en cómo hacer políticas públicas más participativas y en cómo son esas formas de participación ciudadana. El BNDG fue una política pública creada necesariamente a raíz de un trabajo colectivo, creada con las y los otros y con actores que además eran víctimas y destinatarios a la vez.

En conmemoración del inicio de la lucha de las Abuelas, el Congreso sancionó la Ley 26.001 en diciembre de 2004, que declara el 22 de octubre Día Nacional del Derecho a la Identidad por la conformación, ese día de 1977, de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. En ese momento, estaba integrada por 12 mujeres. El BNDG nació como fruto de esa lucha. Fuente: BNDG

A partir de la problemática y del interrogante planteado, las Abuelas de Plaza de Mayo iniciaron una búsqueda por el mundo encontrándose con científicos y científicas que pudieran responder a la pregunta de ¿Cómo podemos encontrar a nuestros nietos y nietas?  En este momento de la historia todavía no se había descubierto el ADN, recién se estaban haciendo las primeras pruebas de paternidad, por lo cual, pensar en un método que permitiera a través de un análisis genético identificar a sus nietos y nietas, saltando a una generación que era la de los padres y madres que estaban desaparecidos era un gran desafío. Muchos científicos y científicas de distintos países rechazaron el desafío, por la dificultad que conllevaba.

En 1982 las Abuelas viajaron a Nueva York para participar de la Asamblea General de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y denunciar ante Naciones Unidas los crímenes de lesa humanidad y el robo de bebés, niños y niñas que estaban ocurriendo en Argentina. La apropiación de bebés, niños y niñas era un hecho inédito en el mundo, por lo cual no había tampoco una experiencia realizada en cómo hacer para encontrarlos, era necesario construir las herramientas que permitieran avanzar con su búsqueda. Este fue el gran trabajo que hizo Abuelas, comenzar a construir un camino que les permitiera encontrar a sus nietos. En ese mismo momento se encontraron con el Dr. Víctor Penchaszadeh, un genetista argentino exiliado en Estados Unidos que aceptó este desafío y se puso a trabajar articuladamente con otros profesionales. Algunos de quienes estuvieron involucrados en este recorrido fueron: Eric Strover, Director del Programa de Ciencia y Derechos Humanos de la Sociedad para el Avance de la Ciencia (AAAS), el Dr. Fred H. Allen, Director del Banco de Sangre de Nueva York, la genetista Mary-Claire King y el experto en antropología forense, el Dr. Clyde Snow, ente otras personas. Este desafío además presentaba una oportunidad de vincular la ciencia, y sobre todo la genética, a los derechos humanos.

Es por eso que podemos pensar la creación del BNDG como el fin de una etapa y el inicio de una nueva. Hubo mucho trabajo para llegar a la creación del BNDG, en primer lugar, descubrir del índice de abuelidad y luego llegar a la conclusión de que lo que se necesitaba era la creación de un banco de datos genéticos, un banco que pudiera almacenar todas las muestras de familiares para cotejar y comparar con los datos genéticos de los niños y niñas que sospecharan ser apropiados y sustraídos de sus identidades.

Fue un enorme trabajo que concluyó con la formulación de la Ley 23.511 en el año 1987. El BNDG funcionó en un principio en el Servicio de Inmunología del Hospital “Durand” bajo la órbita de la entonces municipalidad de Buenos Aires con algunas facultades compartidas con la Nación. Esta situación generó algunos problemas presupuestarios y de recursos que dificultaba el trabajo del BNDG, en estos casos las Abuelas estaban detrás de que el BNDG no dejara de funcionar y se movilizaban para conseguir los recursos necesarios para seguir avanzando en la búsqueda de sus nietos y nietas.

En una conferencia de prensa del 3 de agosto de 1984, Estela de Carlotto, Elsa Pavón y Chicha Mariani anuncian el inicio de las acciones legales a los apropiadores de Paula Eva Logares. El de Paula es el primer caso en que la Justicia utilizó como prueba de filiación los análisis de ADN realizados en el Banco. Fuente: BNDG

Además de contar con un banco de datos genéticos era necesario contar con las herramientas normativas, legales y jurídicas necesarias para fortalecer los estudios genéticos realizados en el BNDG para que los mismos sean pruebas fehacientes en los juicios de apropiación de niños y niñas. Por lo cual se necesitaba de un Estado presente y fortalecido en todas sus áreas.

En el año 2009 con la Ley 26.548, se trató de subsanar los conflictos detectados en su implementación declarando al BNDG como un organismo autónomo y autárquico bajo la órbita del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Otra modificación que introdujo esta ley fue limitar los servicios del BNDG a los casos de apropiación de niños niñas y bebes durante la última dictadura militar.

Los actores fueron importantes no sólo en la construcción, la creación, diseño y formulación de esta política pública, sino también en la implementación, evaluación y reformulación de la misma, siento parte incluso de la co-gestión en el asesoramiento a las personas que tienen dudas de su identidad y realizando diferentes campañas de concientización. Además, el BNDG trabaja articuladamente con otros actores institucionales como la justicia, el Ministerio Público Fiscal, la CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad), el Archivo Nacional de la Memoria, entre otros. Una muestra más de lo fundamental de contar con un Estado fortalecido y comprometido con los Derechos Humanos como Política de Estado.

Las abuelas Licha De la Cuadra y Chicha Mariani posan junto a Víctor Penchaszadeh (derecha) y otros colaboradores. Todavía faltaba un año para la creación del BNDG, pero la justicia argentina ya había admitido como prueba la realización de análisis genéticos, a partir del caso de la nieta Paula Eva Logares. Nueva York, 1986. Fuente: BNDG

La primera nieta del BDNG fue la nieta recuperada N°23 Paula Logares, hoy en día se recuperaron 130 identidades gracias al trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo y al trabajo de los científicos y profesionales del BNDG y gracias al conjunto de la sociedad que se sigue preguntando ¿Dónde están?

Todavía faltan cientos de identidades por recuperar, la memoria es una construcción colectiva, así como también lo son las políticas públicas de derechos humanos. El derecho a la identidad es el resultado de esta construcción colectiva, y es responsabilidad de todos los actores de la sociedad seguir construyendo y avanzando en la construcción de Memoria para alcanzar la Verdad y lograr Justicia.

Nieta recuperada número 126, Adriana Garnier Ortolani, hija de Edgardo Garnier y Violeta Graciela Ortolani, ambos aún desaparecidos.

Daniela Albamonte

Docente -  Especialización docente en Educación y DDHH, Técnica en Gestión de Políticas Públicas. Autora de la tesina en elaboración  "El derecho a la identidad como política de Estado. El caso del Banco Nacional de Datos Genéticos". Trabajadora del Estado. Integrante de la Fundación Germán Abdala (ATE).

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