10/08/2021
A 40 años de Teatro Abierto '81
Bailar sobre las cenizas
Por Gabriela Elena
Fotos Julie Weisz
El 28 de Julio de 1981 se abrió el telón de Teatro Abierto. Se hicieron funciones durante una semana, en la que subieron a escena 21 obras escritas por autores nacionales especialmente para este evento, a un precio más que accesible. En la madrugada del 6 de agosto de ese año, la dictadura incendió el Teatro del Picadero, donde se llevaban adelante las funciones, que continuaron en el Tabarís, un teatro comercial, a partir del 18 de agosto. La autora de la nota, que en 1981 cursaba segundo año de la Escuela Nacional de Arte Dramático, asegura que a partir de Teatro Abierto “pudimos sentir que aquella frase de Galtieri ‘las urnas están bien guardadas y seguirán bien guardadas’, iba a ser resistida con más Teatro”.
Escenografía – personajes
Interior de una peluquería. Una ventana y una puerta de entrada. Un sillón giratorio de peluquero, una silla, una mesita con tijeras, peine utensilios para afeitar (navaja). Un espejo, un paño blanco grande unos trapos sucios. Dos tachos en el suelo, uno grande, uno chico con tapas. Una escoba, una pala. A los pies del sillón pelos cortados. El PELUQUERO espera su último cliente del día, hojea una revista sentado en el sillón. Es un HOMBRE taciturno, de gestos lentos. Usa el cabello más bien largo. Tiene una mirada cargada pero inescrutable. No saber lo que hay detrás de esa mirada es lo que desconcierta. No levanta nunca la voz, que es triste, arrastrada. Entra HOMBRE, es de aspecto tímido e inseguro.
HOMBRE
Buenas tardes…
PELUQUERO
(Levanta los ojos de la revista, lo mira, no se mueve, luego masculla)
...tardes…
(HOMBRE intenta una sonrisa, que no obtiene respuesta. espera. PELUQUERO arroja la revista sobre la mesa, se levanta como con furia contenida, pero en lugar de ocuparse del cliente, se acerca a la ventana y dándole la espalda mira hacia fuera)
HOMBRE
(Conciliador) Se nubló. (Espera, una pausa) Hace calor...
(El PELUQUERO se vuelve, lo mira adusto, el HOMBRE pierde seguridad)
Bueno, no tanto...
PELUQUERO
(Bruscamente yendo hacia utensilios) ¿Barba?
HOMBRE
No, barba no.
(El PELUQUERO lo mira inescrutable)
Bueno...no sé...yo... yo me afeito solo.
(Silencio del PELUQUERO)
O bueno, tal vez me haga la barba... sí.
(Se acerca tímidamente al sillón y pone el pie en el posapié con ánimo de sentarse)
¿Puedo?
(el PELUQUERO niega con la cabeza)
En resumidas cuentas, no es necesario… quizás usted corte de parado, a mí el asado me gusta comerlo de parado. No es lo mismo, claro, pero uno está más firme... ¡si tiene buenas piernas!
(Ríe con ganas, se interrumpe)
No todos... ¡usted si!
(El PELUQUERO no lo atiende. Observa fijamente el suelo. HOMBRE sigue su mirada. El PELUQUERO lo mira esperando determinada actitud. HOMBRE recoge rápidamente la alusión. Toma la escoba y barre. Amontona los pelos cortados. Es torpe en sus movimientos, mira al PELUQUERO, contento. Recoge los pelos con la pala, cuando logra tenerlos todos sobre ella, mira el tacho grande)
¿Los tiro aquí?
(El PELUQUERO niega con la cabeza, HOMBRE abre el tacho más pequeño)
¿Aquí?
(El PELUQUERO asiente con la cabeza. HOMBRE animado)
¡Listo! Ya está más limpio, porque si se amontona la mugre es un asco
(el PELUQUERO lo mira, oscuro. HOMBRE pierde seguridad)
No... No quise decir que estuviera sucio. Tanto cliente, tanta cortada de pelo y… como crece el pelo ¿eh? ¡Mejor para usted!
(lanza una risa estúpida)
Digo... porque si fuéramos calvos, usted se rascaría.
(se interrumpe rápidamente)
No quise decir eso. Tendría otro trabajo.
1981. El inicio del fin de la dictadura cívico militar. Videla y Martínez de Hoz terminan su mandato, la deuda externa asciende a 35000 millones de pesos. Asume Roberto Viola y su ministro Lorenzo Sigaut, aquel que afirmaba: el que apuesta al dólar pierde. El dólar sube de 2000 a 11000 pesos. Una tímida apertura política esbozada desde el gobierno permite que los partidos políticos formen la multipartidaria. Muere Don Ricardo Balbín, líder de la Unión Cívica Radical, y por primera vez en cinco años una manifestación gana las calles. Muere el pintor Antonio Berni, autor de la serie de Juanito Laguna, entre tantas genialidades. El Centro de Control de enfermedades de los Estados Unidos hace el primer anuncio oficial sobre una extraña epidemia: El SIDA. Adolfo Aristarain estrena “Tiempo de revancha” y María Luisa Bemberg su película “Momentos”. La música festeja la “Gran vuelta de Piero” en el microestadio de Atlanta donde se registra el doble en vivo: “Calor humano”.
Bar la costumbre dirigida por Rubens Correa, 1982. Foto: Julie Weisz
Los autores y autoras nacionales estaban prohibidos en escenarios, academias de arte y conservatorios. No podían leerse, ni sus obras podían ser montadas. Nuestra Literatura dramática estaba clausurada. Actores, actrices, directores, directoras, en suma, todxs lxs teatristas estaban silenciadxs y exiliadxs de los escenarios. Ellxs fueron quienes nutrieron esta idea que se le atribuye al autor y dramaturgo Osvaldo Dragun. Teatro Abierto fue un encuentro de autorxs, allí se inició la epopeya. Se reunieron con esfuerzo, temores, y dudas, pero con una gran necesidad de demostrar que el Teatro y su pueblo estaban vivos.
El dramaturgo Carlos Somigliana, fue quien escribió el manifiesto:
"¿Por qué hacemos Teatro Abierto? Porque queremos demostrar la existencia y vitalidad del teatro argentino tantas veces negada; porque siendo el teatro un fenómeno cultural eminentemente social y comunitario, intentamos mediante la alta calidad de los espectáculos y el bajo precio de las localidades, recuperar a un público masivo; porque sentimos que todos juntos somos más que la suma de cada uno de nosotros; porque pretendemos ejercitar en forma adulta y responsable nuestro derecho a la libertad de opinión; porque necesitamos encontrar nuevas formas de expresión que nos liberen de esquemas chatamente mercantilistas; porque anhelamos que nuestra fraternal solidaridad sea más importante que nuestras individualidades competitivas; porque amamos dolorosamente a nuestro país y éste es el único homenaje que sabemos hacerle; y porque, por encima de todas las razones nos sentimos felices de estar juntos."
PELUQUERO
(neutro)
Podría ser médico
HOMBRE
¡Ah! ¿A usted le gustaría ser médico? Operar, curar. Lástima que la gente se muere ¿no?
(risueño)
¡Siempre se les muere la gente a los médicos!
(rostro muy oscuro del PELUQUERO. HOMBRE se asusta)
¡No, a usted no se le moriría! ¡Tendría pacientes… de mucha edad! ¡Con usted médico, seriamos inmortales!
(el PELUQUERO inescrutable se mira al espejo, se abre los mechones de pelo sobre el cráneo, mira como ejecutando una comprobación, luego mira al HOMBRE. Se sienta en el sillón, señala los objetos para que le corte el pelo. HOMBRE mira a los utensilios y luego al PELUQUERO. Recibe la imprecisa insinuación. Retrocede)
HOMBRE
¡No! Yo no sé...nunca...
PELUQUERO
(Mortecino)
Anímese.
(se anuda el paño blanco bajo el cuello, espera pacíficamente)
Pelo.
1981. Lograron subir a escena 21 obras escritas por autores nacionales especialmente para este evento, en funciones diarias de tres obras cortas, durante los siete días de la semana y a un precio más que accesible. Ninguno de los participantes de Teatro Abierto —entre los que hubo más de 300 profesionales de todas las disciplinas— cobraría un centavo.
El Teatro del Picadero fue quien les abrió las puertas para esta empresa en contra de la opresión. A la semana de anunciar el evento, dos meses antes del estreno, los abonos que se habían confeccionado para costear algunos gastos, se vendieron como pan caliente a ese público ávido de buen teatro. El telón se levantó el 28 de Julio de 1981, y gran parte del país se emocionó con la respuesta que tuvo esta épica.
Nada más triste que un payaso muerto dirigida por Agustín Alezzo. 1983. Foto: Julie Weisz
HOMBRE
Mire señor, yo vine aquí a cortarme el pelo. ¡Yo vine a cortarme el pelo! Jamás afronté una situación así. Tan... extraordinaria, insólita...
(el PELUQUERO no se mueve)
...pero si usted quiere yo...
(toma la tijera, la mira con repugnancia)
Yo soy... hombre decidido... a todo, ¡a todo! Porque mi mamá me enseñó que... y la vida...
PELUQUERO
(tétrico)
Charla
(suspira)
¿Por qué no se concentra?
1981. El 5 de agosto culminó la primera semana de Teatro Abierto. La satisfacción y la sensación de libertad se vio nuevamente amenazada: En la madrugada del 6 de agosto, mientras Frank Sinatra cantaba para el Buenos Aires de la dictadura y para los comunicadores sociales; los militares, la policía y los parapoliciales, incendiaron el Teatro del Picadero.
Osvaldo Dragún recuerda: "La madrugada en que ardió el Picadero ninguno de los reunidos en un bar de Corrientes y Callao sintió que había quedado bajo sus cenizas. Sabíamos que todos estábamos sobre ellas. Y creo que tenemos el derecho de pedirle a un país entero que nos acompañe a bailar sobre las cenizas".
Blus de la calle Balcarce dirigida por Villanueva Cosse, Francisco Javier, Enrique Molina, 1983. Foto: Julie Weisz
Al día siguiente muchos teatros de Buenos Aires se ofrecieron para continuar el ciclo. Y el 7 de agosto, cuando Teatro Abierto llamó a una conferencia de prensa, el Teatro Lasalle reventaba de gente, de energía, de indignación, y de solidaridad. Para continuar, Teatro Abierto eligió el Tabarís, un teatro comercial, cuyo horario nocturno estaba dedicado a la revista porteña. Pero desde las cuatro de la tarde, en la calle Corrientes, se formaban colas de cuadras para asistir a las funciones de Teatro Abierto, que recomenzaron el 18 de agosto de 1981.
Las y los autores decidieron que los temas de sus obras fueran libres, cada unx escribiría un texto breve para ser representado sobre lo que sintiera que quería escribir. Dramaturgxs y directorxs se elegían o se sorteaban para trabajar en parejas al tiempo que músicxs, vestuaristas y escenografxs se sumaban a cada uno de los proyectos. Atravesando el miedo, surgieron piezas inolvidables. Sólo tres dramaturgas participaron de TA’81: Aída Bortnik, Diana Raznovich y Griselda Gambaro, que escribió “Decir si”, en esas dos palabras todo, toda la opresión, todo el silencio, todo el miedo y la sensación cotidiana de que cualquiera podía ser nuestro verdugo.
HOMBRE
¿Para qué? ¿Y quién me prohíbe charlar?
(agita las tijeras. mirada oscura del PELUQUERO)
¿Tengo que callarme? Como quiera. ¡Usted es el responsable! ¡No me acuse si… ¡no hay nada de lo que no me sienta capaz!
PELUQUERO
Pelo.
HOMBRE
Usted manda, el cliente siempre manda, aunque el cliente soy
(mirada del PELUQUERO)
…es usted
(corta el pelo del PELUQUERO espantosamente, quiere arreglar el asunto, pero lo empeora, cada vez más nervioso)
...me concentro, solo pienso en esto, en cortar
(corta y con odio)
¡Atajá esta!
(corta un gran mechón, se asusta de lo que hizo, se separa unos pasos, el mechón en la mano. Luego lo quiere pegar en la cabeza del PELUQUERO, no puede, sonríe falsamente)
No, no, no se asuste. Corté un mechoncito largo, pero no se arruinó nada
(Subrepticiamente deja caer el mechón y lo aleja con el pie. Corta más)
Muy bien
(Como el PELUQUERO se mira en el espejo)
La cabecita para abajo
(El PELUQUERO levanta la cabeza)
Cuando las chicas lo vean van a decir: ¿Quién le cortó el pelo a este señor?
(Corta apenas por encima, sin convicción)
Un peluquero... francés
(Desolado)
Y no... fui yo
PELUQUERO
(Alza la mano lentamente. Triste)
Suficiente
Cierre de Teatro Abierto, Teatro Tabarís, 1981. Foto: Julie Weisz
1981 me encuentra cursando el segundo año de la Escuela Nacional de Arte Dramático Antonio Cunill Cabanellas en la casona de French 3614 (Actual sede de la UNA Universidad Nacional de las Artes). Cuando supimos de la hazaña Teatro Abierto, nos encontramos con mis compañerxs en la calle, siempre en voz baja, todxs teníamos entre 19 y 22 años, toda nuestra educación había transcurrido en dictadura, estábamos ávidxs de ver aquello que no nos permitían leer ni representar en clase, podíamos actuar a los clásicos, pero nada que perteneciera a nuestra literatura dramática.
A partir de TA, pudimos sentir que aquella frase de Galtieri “las urnas están bien guardadas y seguirán bien guardadas”, iba a ser resistida con más Teatro: TA tuvo dos versiones más: 82’ y 83’. Teatro Abierto tuvo su semilla en la gesta de Teatro Independiente, y Teatro por la Identidad abreva en Teatro Abierto. Una vez más el arte y la Cultura sembrando memoria, para enfrentar el miedo y denunciar el navajazo.
PELUQUERO
(se mira en el espejo, se da cuenta de que es un mamarracho, pero no revela una furia ostensible. HOMBRE al borde del llanto)
HOMBRE
¡Puedo seguir, deme una oportunidad! ¡No terminé! ¡Le rebajo un poco de acá! ¡Las patillas! ¡Me faltan las patillas!
(Ríe angustiosamente. El PELUQUERO se achata el pelo sobre las sienes, HOMBRE se reanima)
Si, si, aplastadito le queda bien. Me gusta.
(PELUQUERO se levanta del sillón)
Fue una experiencia interesante. ¿Cuánto le debo? No, usted me debería a mí, ¿no? Digo, normalmente. Tampoco es una situación anormal. Es...divertida...
(Ríe desorbitado. El PELUQUERO no lo mira, se estira las mechas mirándose al espejo)
¡Yo le dije que no sabía, usted me arrastró!
(Angustiado)
¡No puedo negarme cuando me piden las cosas... bondadosamente! ¡Igual, el pelo crece! ¡En una semana usted, puf! hasta el suelo!
(El PELUQUERO le señala el sillón. El HOMBRE recibe incrédulo el ofrecimiento, se le iluminan los ojos)
¿Me toca a mí?
(El PELUQUERO asiente)
¡Por fin nos entendimos! ¡Hay que esperar y todo llega!
(Se sienta, ordena feliz)
¡Barba y pelo!
(El PELUQUERO le anuda el paño bajo el cuello, hace girar el sillón, toma la navaja. sonríe. El HOMBRE levanta la cabeza)
Córteme bien, parejito.
(El PELUQUERO le hunde la navaja en el cuello. Un gran alarido. gira nuevamente el sillón. El paño blanco está empapado en sangre que escurre hacia el piso. Toma el paño chico y seca delicadamente. Suspira larga bondadosamente, cansado. Renuncia. Toma la revista y se sienta. Se lleva la mano a la cabeza, tira y es una peluca lo que saca. La arroja sobre la cabeza del HOMBRE, abre la revista, comienza a silbar dulcemente)
Bajan luces.
“Decir Si”
de Griselda Gambaro
(Fragmento adaptación)
Manifestación contra la censura en el arte.
Todas las obras y los elencos de Teatro Abierto en este link
http://www.teatrodelpueblo.org.ar/teatro_abierto/programacion1981.htm
Gabriela Elena
Gabriela Elena es Licenciada en Actuación del Departamento de Artes Dramáticas de la UNA (Universidad Nacional de las Artes de Buenos Aires). Es música, cantante, compositora y autora de guiones de TV. Trabaja en el área de Estudios de memoria y Proyectos Culturales del C.C de la Memoria Haroldo Conti.
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