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Revista Haroldo

Diálogo con el pasado y el presente

24/02/2021

A 90 años del nacimiento de Eladia Blázquez

Merecer la vida

Recordar [ re- (‘de nuevo’) y cordare formado sobre el nombre cor, cordis (‘corazón)]. Los antiguos sostenían que la memoria estaba alojada en el corazón, y así es como evocamos a Eladia, la única cantautora de Tangos que nos arrojó al vacío y antes de que sintiéramos el impacto inapelable de los adoquines en el cuerpo y el alma, nos abrió una ventana al cielo de Buenos Aires, para que volviéramos a creer que era posible.

 

Foto: Sergio Pisani / @es.aki

 

“Nuestro reino no es de este mundo, dicen los músicos, pues ¿en qué lugar de la naturaleza encontramos, como el pintor y el escultor, el prototipo de nuestro arte? El sonido habita en cualquier parte, pero las melodías no reposan más que en el reino del hombre.  El oído es la vista de dentro”

                                                                                          E.T.A Hoffmann

Video: Eladia Blazquez “La voz de Buenos Aires”

 

Cierren sus ojos, tómense un momento para viajar sobre estas frecuencias, átomos sonoros multiformes, texturas que despliegan la obra de esa gran autora, compositora y cantante, que hoy celebramos: Eladia Blázquez.

 

La voz de Eladia nació en un barrio donde el lujo fue un albur, Gerli, Avellaneda en el verano de 1931. Su altísima sensibilidad y talento desde niña hicieron de su infancia algo especial, cantaba canciones españolas desde sus ocho años de manera profesional y autodidacta (la acompañaban Francini, Pontier y Stamponi). Recorrió todos los géneros, compuso y cantó boleros, joropos, guaranias, y...

 

Foto: Sergio Pisani / @es.aki

 

VM · Audio 1 MR
Testimonio Marilina Ross. Parte 1

 

La voz de Marilina Ross, también autora, compositora y cantante, nos trae imágenes de Eladia para que podamos conocerla más hondamente. La obra de Eladia también fue banda sonora de programas de TV, por mencionar solo dos, recordamos a “De Fulanas y Menganas” (1988-1989 con Libro de Elena Antonietto y Jorge Hayes) una de las primeras ficciones de la democracia con protagonistas mujeres.  La otra ficción fue “Atreverse” (1990-1991) dirigida por Alejandro Doria con libros de María José Campoamor, Juan Carlos Cernadas Lamadrid, Nelly Fernández Tiscornia y Jacobo Langsner. (Mencionar a lxs autorxs de los programas de TV es soberanía cultural). 

 

VM · Audio 2 MR
Testimonio Marilina Ross. Parte 2

 

Foto: Sergio Pisani / @es.aki

 

Video: Honrar la Vida

 

Eladia se adentró en el folclore, pero más tarde encontró su mayor inspiración en la naturaleza que le ofrecía Buenos Aires y quienes la habitamos, es decir el Tango. Compuso más de 290 temas registrados y 30 de ellos están inspirados en Buenos Aires. 

 

Buenos Aires tiene un río 

Que lo acuna que lo besa

Si no fuera así, así

¡Ay! ¡Qué gran tristeza!

 

Tiene canto, tiene vino

Al amanecer

Y un amigo en el camino

Siempre ha de tener!

Tiene el tango tan sentido

De Pichuco de Piazzolla

Si no fuera así, así

¡Que ciudad tan sola!

                                         (Si Buenos Aires no fuera así)

 

Aunque me dé la espalda de cemento

Me mire transcurrir indiferente

Es esta mi ciudad, esta es mi gente

Y es el lugar donde a morir me siento.

Buenos Aires! 

Para el alma mía 

No habrá geografía mejor que el paisaje

De tus calles

Donde día a día me gasto los miedos

Las suelas y el traje

No podría

Vivir con orgullo mirando otro cielo que no fuera el tuyo

Porque aquí me duele un tango

Y el calor de alguna mano

Y me cuesta tanto el mango que me gano

Porque soy como vos que se niega o se da

Te proclamo Buenos Aires, mi ciudad

                                                                    (Mi ciudad y mi gente)

 

Yo me alimentaría rumiando tangos

Sobrada de alegría, falta de mangos

Porque mi fiesta es relojear desde una esquina

A esta ciudad que es la más linda de las minas

Sentir que todo es mío, el sol, el aire

El limo de tu rio, ¡Che, Buenos Aires!

Mira cuanta riqueza me ha brindado Dios

¡Que soy la dueña de tu voz!

                                                                       (Por qué amo Buenos Aires)

 

Obtuvo mas de 40 premios, pero decía que los que más la conmovían, eran esos que iba a recibir en las escuelas, plaquetas sencillas que le entregaban niñas y niños que aprendían a cantar sus canciones con la maestra de música, y que le dedicaban tal homenaje. 

 

 

Mujeres y amigas

 

Alguna vez le preguntaron sobre el papel fundamental que le daba a la mujer en su obra

 

“¡Es cierto! Le asigno un papel muy importante a la mujer, en este mundo descalabrado de hoy, lo dije en un tango que se llama "De fulanas y menganas"... 

"A este mundo ciego y vil, del misil

 Deberá recomponer, la mujer... Porque ayer, y hoy por hoy...

 Ser mujer tiene que ver con el amor!” 

Así de simple. El hombre privilegió el poder por encima de todos los valores.

La mujer es bastante menos ambiciosa y más ética, tiene mucho

por hacer.

 

VM · Audio 3 MR
Testimonio Marilina Ross. Parte 3

 

Foto: Sergio Pisani / @es.aki

 Video: Las cantautoras

 

 

Cuando la vemos sobre el escenario surge aquello de “a pesar de todo, estoy aquí puesta, los pájaros sueltos, el alma de fiesta”, sin embargo ella prefería el oficio de la creación al de la interpretación: «Si el oficio de cantar es hermoso porque permite la comunicación directa y rápida, mucho más lo es el de la creación. Esa condición sin tiempo, esa fuga de la realidad, ese transmutarse en miles y miles de seres que piensan y sienten como nosotros, y que esperan encontrar en nuestro lenguaje el idioma de su sensibilidad».

Fue la mujer que mejor describió poéticamente el alma de lxs porteñxs: “Me halaga muchísimo que me llamen ‘Discépolo con polleras’, pero tal vez yo tenga un poco más de esperanza que él. Si en la balanza de la vida actual no existiera un poquito de amor, esto ya se habría ido a la mierda.”

 

Y si acercamos a Enrique Santos, es imposible no recordar en Eladia a Catulo Castillo, el poeta escribió en el comentario inicial del libro “Mi Ciudad y mi gente”: "Eladia Blazquez calza polleras y está esperando el ángelus en un portón de tiempos, enigmática y triste desde que halló la hondura casi abismal del tango, que tentaba en su calle avellanedica vaya a saber qué vate melancólico, y en esos contramanos con que la vida te puede hacer “capote” para siempre. Y en este para siempre, muchacha de este barrio de la literatura que se escribe viviendo, el tango vuelve a hallar su verdad en alta vara.”

 

 Cuando Cátulo murió, Eladia le dedico un bello Tango

 

“A vos que te gustaba, profundamente serio

Desentrañar las cosas, llegaste a tu confín

Y esa doliente tarde, entraste en el misterio

Para volver en Tango, mi viejo Catulìn”

 

 

Desde chica ya tenía en el mirar…

 

“Sueño de Barrilete” fue el primer tango que escuché de Eladia en la voz de Susana Rinaldi. Yo tenía en 1975 trece años, y empecé a cantar sus tangos en los actos del colegio: “Mi ciudad y mi gente” “Sin piel”, “El miedo de vivir”, “El corazón al Sur”, la habanera “Si te viera Garay”. La bella melancolía de su poesía cautivaba mis tristezas adolescentes. Más tarde sumé a mi repertorio “Somos como somos”, y supe del humor de Eladia.

 

¡Como somos!

Sensibleros, bonachones

Compradores de buzones por creer en el amor

¡Como Somos!

Con tendencia al melodrama

Y a enredarnos en la trama por vivir en la ficción

 

Chantas, en el fondo solidarios

Más al fondo muy otarios

Y muy piolas más acá

Vamos, aprendamos pronto el tomo

De asumirnos como somos

¡O no somos nunca más!

 

Hace unos años, desde Barcelona me convocaron para preparar el repertorio completo de las Milongas de Jorge Luis Borges, las de su libro “Para las seis cuerdas”. Allí se incluye la “Milonga de Calandria”. Eladia compuso la música, una bella partitura que forma parte de las composiciones de Astor Piazzolla, Sebastián Piana, Julián Plaza, y Carlos Guastavino entre otrxs. 

 

VM · Milonga De Calandria[1]
Milonga de la calandria por Gabriela Elena

 

Milonga de calandria

 

Servando Cardoso el nombre

y ño’ Calandria el apodo;

no lo sabrán olvidar

los años, que olvidan todo.

 

No era un científico de esos

que usan arma de gatillo;

era su gusto jugarse

en el baile del cuchillo.

 

El arma de su afición

era el facón caronero.

fueron una sola cosa

el cristiano y el acero.

 

Bajo el alero de sombra

o en el rincón de la parra,

las manos que dieron muerte

sabían templar la guitarra.

 

Siempre la selva y el duelo

pecho a pecho, cara a cara,

vivió matando y huyendo.

Vivió como si soñara.

 

Se cuenta que una mujer

fue y lo entregó a la partida;

a todos, tarde o temprano,

nos va entregando la vida.

 

Eladia se despliega una y otra vez, aquella niña que terminó la primaria a los ponchazos y desde ese momento nunca más pisó la escuela, fue una magnífica poeta, punta de lanza en el resurgimiento del tango junto a plumas como la de Horacio Ferrer. Pisciana nostálgica y esperanzada creadora del balance perfecto entre profundidad e ilusión, declaró un año antes de su muerte: "sé que mi poesía formó parte de un movimiento que la historia del tango ve como un punto de articulación. No sé qué le he brindado al género, no sé si le di algo diferente, pero sí sé lo mucho que me dio el tango a mí: un constante bucear dentro de mí misma y a veces la enorme alegría de encontrarme. La actualidad de mi poesía sólo estará marcada por el devenir. Si cuando ya no esté, alguien canta o recuerda un tema mío, ésa será la actualidad de mi poesía". 

 

 

Para final

 

“Sueño de barrilete”, es la obra que escribió luego de ver en la plaza a unxs niñxs remontar barriletes, imagen que ella suma a la lluvia de ese día y la sensación de intemperie que se acentuaba porque su casa estaba lejos y le costó mucho esfuerzo llegar al amparo. En nombre de todxs, le agradezco ese tango a Eladia porque nos da la medida exacta del piolín que traemos, nos conecta con nuestro ideal, nuestra sombra, nuestra personal luz del cielo, nos vuelve hacia le niñx que fuimos, y nos despierta para que el carrete se engrose y fluya rápido cuando llegue el viento de levante, en suma, nos pone alertas sobre aquello de Merecer la vida.

 

Desde chico ya tenía en el mirar

Esa loca fantasía de soñar

Fue mi sueño de purrete

Ser igual a un barrilete 

que elevándose entre nubes

con un viento de esperanzas sube y sube

Y crecí en ese mundo de ilusión

Y escuché solo a mi propio corazón

Mas la vida no es juguete

Y el lirismo es un billete sin valor.

 

Yo quise ser un barrilete

Buscando altura en mi ideal

Tratando de explicarme que la vida es algo más

Que darlo todo por comida

Y he sido igual que un barrilete

Al que un mal viento puso fin

No sé si me falló la fe, la voluntad, 

o acaso fue que me faltó piolín.

 

En amores solo tuve decepción

Regalé por no vender mi corazón

Hice versos olvidando

Que la vida es solo prosa dolorida

Que va ahogando lo mejor

Y abriendo heridas ¡ay la vida¡

Hoy me aterra este cansancio sin final

Se hizo trizas mi sonrisa de cristal

Cuando miro un barrilete

Me pregunto ¿aquel purrete donde esta?

Foto: Sergio Pisani / @es.aki

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