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Revista Haroldo

Diálogo con el pasado y el presente

04/11/2024

In memoriam: Eduardo Jozami

Mis aventuras con Eduardo

Más de 30 años de amistad y militancia sirven de excusa para que Matías Cerezo trace una semblanza de Eduardo Jozami, recientemente fallecido, en la que recorre la incansable vocación del fundador del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti por pensar su época y accionar en consecuencia, desde la lucidez y la convicción.

Hace algunas semanas se fue mi mejor amigo, mi referente intelectual y político. Lo conocí hace más de treinta años, al principio era el papá de Lucía y el compañero de Lila. Fui el kioskero de Lucía en el colegio primario, diariamente venía y me volvía loco con sus preguntas y sus pedidos de caramelos. Se hacía notar y así conocí a su familia. Al poco tiempo Leticia, una maestra de ese colegio, el Gascón, me invitó a una reunión política en un local del Frente Grande, en la calle Gorriti, en Palermo. Era un lugar de mucha efervescencia política en pleno auge del Frente, Carlos "Chacho" Álvarez tenía su local a pocas cuadras de allí.

Inmediatamente me incorporé al grupo de Participación Popular, con 20 años recién cumplidos y maravillado por ese mundo de intelectuales, militantes de barrio y de los derechos humanos. Ya en ese momento me impactó la figura y la palabra de Eduardo, lograba conmoverme a la vez que me enseñaba a leer cada coyuntura, fue así hasta el último momento. En 1998 intentamos una patriada desde Participación Popular - así se llamaba y se sigue llamando nuestro grupo - nos presentamos a una elección interna enfrentado al grupo del Chacho, y de gran parte de los dirigentes del espacio. No alcanzamos la minoría necesaria por menos de un punto. Nuestra lista estaba integrada por Eduardo, Dora Barrancos, León Ferrari y Lili Massaferro, entre otrxs. De esa derrota aprendí mucho: en política es necesario asumir riesgos para plantear una posición ética. 

Eduardo Jozami junto a Matías Cerezo y al ensayista Eduardo Grüner en una actividad en el Conti. 

Otro capítulo de mi historia con Eduardo fue en la Legislatura porteña; su trabajo como presidente del bloque del Frente fue inolvidable. En esa primera legislatura, luego de la Estatuyente, donde descolló con su tarea en la comisión de asuntos constitucionales, Eduardo participó de la redacción de las leyes de vivienda más importantes como la Ley 341, la Ley 324 y la de salud mental. Fueron leyes de avanzada hasta el día de hoy. Allí aprendí a vincularme con los colectivos por la vivienda de la ciudad y conocí a la par a grandes referentes como José Acuña, Blanquita, Alberto Lacuesta, lxs compañerxs del MOI y muchos más. Otro aspecto destacado de esa época fue la derogación de los edictos policiales. Eduardo fue uno de los pocos, junto a Raúl Zaffaroni, que recibía y defendía a las travestis de la calle Godoy Cruz, perseguidas por la policía, junto a Carlitos De Lorenzo quien tuvo un rol fundamental en los temas referidos a la diversidad sexual. Aún recuerdo las “procesiones” y marchas de los viernes a la noche en Palermo, organizadas por el cura y los vecinos más fachos del barrio. Una noche estábamos cenando con él y un grupo de compañeros, cuando irrumpieron unos vecinos con el cura a la cabeza, con antorchas, a insultarnos a la puerta del restaurante. Eduardo participaba en esa época de las marchas de los 28 de cada mes de la campaña por el aborto legal. En cada elección, nuestro local de Gorriti se llenaba de travestis y trabajadoras sexuales de AMMAR que venían a fiscalizar para nuestro espacio. Recuerdo muy bien la figura de Elena Reynaga y de la abogada de AMMAR, Diana Gondra, quien militaba con nosotrxs. A partir de 1999 me convertí en el responsable del local de Gorriti junto a la querida Ana Cantiani. Desde allí organizamos junto al Nono Frondizi y los compañerxs de la CTA la campaña del FRENAPO en diciembre del 2001. En 1999 Eduardo fue designado Secretario de Vivienda de la CABA. Me convocó para trabajar en el Programa de la Traza de la Ex AU3. Fueron años hermosos donde pudimos llevar adelante muchas de las leyes que él había elaborado en la Legislatura. Formé parte de un gran equipo de militantes por la vivienda social, allí verdaderamente aprendí lo que significaba el trabajo territorial en villas y barrios populares.

En esa época publicábamos diferentes revistas, como “El Caminante”, y más adelante “El revés de la trama” con el grupo de Juliana Marino en los inicios del kirchnerismo. Allí aprendí a realizar entrevistas, escribir artículos, titular las notas y escribir bajadas y volantas, con un profesor de periodismo de lujo como Eduardo. Vienen a mi mente dos entrevistas que realizamos juntos, a Ernesto Laclau cuando recién había publicado su libro sobre el populismo y a José “Pepe” Nun, quien fuera Secretario de Cultura de Néstor Kirchner.

Recuerdo claramente el 25 de mayo de 2003, ni bien finalizado el discurso del flamante presidente Néstor Kirchner, Eduardo me llamó y sin dudar escribimos un documento fundamentando el apoyo de nuestra agrupación al nuevo gobierno que luego aprobaríamos en un plenario. Y allí comenzaría otra historia, tan o más maravillosa que la anterior. Nunca olvidaré la emoción de entrar a la ESMA el 24 de marzo de 2004 junto a Lila y Eduardo. La nueva aventura a la que Eduardo me invitaba era al Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ubicado en la Ex ESMA. Corría el año 2007 y Eduardo Luis Duhalde le propuso dirigir la biblioteca de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Ambos, al poco tiempo, ya estaban pensando en la creación de un centro cultural de la memoria, algo que prácticamente no existía en el mundo. Desde 2008 empecé a colaborar con el proyecto, para incorporarme definitivamente en 2010 al sitio en el cual, preservando su legado, aún sigo trabajando. Eduardo siempre me dijo que trabajaría muchos años en el Conti y tuvo razón, si por mi fuera lo haría toda la vida. También me dijo que ese fue el lugar de trabajo donde fue más feliz. Allí conocí compañerxs de los cuales aprendí mucho y sigo aprendiendo. Una vez más Eduardo me invitaba a entrar en un mundo maravilloso, el de la cultura y los derechos humanos. Los seminarios de memoria, la revista Haroldo, los festivales, las muestras artísticas, en fin, miles de actividades culturales que realizamos en el Conti.

En la calle. Jozami y Participación Popular, el espacio político que le dio cobijo a sus últimos años de militancia.


Con Eduardo empecé, alrededor de 2010, a dar clases en la carrera de historia de la Universidad de 3 de Febrero, en grado y posgrado. Armar cada programa de las distintas materias fue un aprendizaje constante. Participar de sus clases durante más de 10 años fue una experiencia muy edificante. Creamos el Centro de Estudios de Memoria en la universidad. Colaboré humildemente en cada uno de los libros que escribió desde el año 2000. El último, con mucho esfuerzo y la colaboración inestimable de Valeria Moris, lo presentó meses antes de morir.

Eduardo fue una persona íntegra, coherente, decidida, de una amplitud poco frecuente para escuchar el otro. Un hombre de palabra y acción. Vivió como pensaba, sin claudicaciones. Profundo en sus análisis. Muy tierno y sensible ante el sufrimiento de los demás. Siempre, en los momentos más felices de mi vida, pero, sobre todo en los más tristes, Eduardo estuvo a mi lado. En estos treinta años hablamos, al menos, una vez por día. Con él pensé la política desde siempre, seguíamos pensando en Participación Popular, en cada postura ante las coyunturas pero también en las cosas cotidianas, cómo si comprar o no empanadas para vender en nuestras peñas y así solventar los gastos del local. Me acuerdo muy bien de la cantidad de cuadras que caminamos para comprar sillas al mejor precio para nuestro local.

Estoy despidiendo a alguien que marcó a fuego mi vida, y eso es muy difícil, pero su legado y su ética es lo que me anima a decir que Eduardo seguirá vivo y presente en mi vida hasta los últimos días.

Matías Cerezo

Es Licenciado en Ciencia Política (UBA). Actualmente coordina el área de Estudios de Memoria y Proyectos y dirige la Revista Haroldo del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Es docente en la carrera de Historia de la Universidad de Tres de Febrero (Untref)  e integrante del Centro de Estudios de Memoria e Historia del Tiempo Presente de la UNTREF. Es Coordinador Académico de IDES/UNTREF y activista por los derechos humanos.

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