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Revista Haroldo

Diálogo con el pasado y el presente

17/07/2020

A 84 años del inicio de la Guerra Civil española

Simplemente parásitos

¿Por qué después de 42 años de democracia en España se sigue hablando de la Guerra Civil y del franquismo y por qué ahora surge con fuerza un partido político como VOX, heredero del pensamiento ultraconservador?  El autor se pregunta si este partido tiene vinculación con la tradición franquista o se parece más al surgimiento en Europa de partidos como el Frente Nacional francés o el Amanecer Dorado griego. García Bravo señala que aunque haya grandes diferencias entre aquella época y la actual, "habrá que estar vigilantes".

El trío de Colón. Manifestación de las tres derechas de Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Ribera, Madrid, 10 de febrero, 2019.

La Constitución Española fue proclamada en el año 1978; en estos momentos llevamos en democracia los mismos años que de dictadura, 42. Aunque las cuentas son matizables (la muerte de Franco se produce en el año 1975), quería con este dato hacerles comprender lo que suponen 42 años de cualquier tipo de régimen en un país. España ha cambiado mucho desde 1978, eso es evidente, y el mundo también. Imagínense lo que ocurrió aquí en los 42 años bajo el régimen franquista. Únicamente con los programas de aniquilación del enemigo durante los tres años de guerra y la posterior represión y purga en todos los estamentos públicos y privados de la sociedad civil, de la cultura, de la ciencia, etc., podríamos comprender hasta qué punto la sociedad española es heredera de su historia (no solo de estos últimos 84 años, claro está).

En realidad, la Transición española, tan valorada por casi todos, preservó muchos de los derechos de los vencedores (es así, ganaron la guerra) a cambio del restablecimiento de una democracia 42 años después; no es poco, pero ¿fue suficiente? Además, la Ley de Amnistía del año 1977 obligaba a pasar página sobre “los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día 15 de diciembre de 1976”. Siempre se argumenta que no se pudo hacer otra cosa y todos los recién legalizados partidos políticos, incluido el Partido Comunista, asumieron su responsabilidad. Muchas de las grandes fortunas de nuestro país están amasadas al amparo del régimen dictatorial. Muchos estamentos del Estado han seguido teniendo durante muchos años algunas, digámoslo así, añoranzas del régimen anterior, evidentemente modificadas por la necesaria modernización de nuestro país. Pongamos un ejemplo esclarecedor, que a veces se olvida, y es que varios miembros del partido Alianza Popular creado por Fraga Iribarne, antecesor del actual Partido Popular, votaron en contra de la ahora tan sacralizada Constitución española de 1978.

Pero ¿qué ha pasado para que 42 años después sigamos hablando de la Guerra Civil y del franquismo? ¿Por qué ahora surge con fuerza un partido político como VOX, heredero del pensamiento ultraconservador? ¿Tiene este partido algo que ver con la tradición franquista o se parece más al surgimiento en Europa de partidos como el Frente Nacional francés, el Amanecer Dorado griego o la Alternativa para Alemania? La respuesta a esta última pregunta es complicada, pero hay un hecho diferenciador muy marcado: todos los países europeos condenaron el fascismo después de la Segunda Guerra Mundial, mientras que en España seguía habiendo un régimen dictatorial. Digamos que aquí los partidos de la derecha no han querido nunca mostrar su rechazo total a la dictadura, ya que parte de sus votantes pertenecían tradicionalmente a ese posicionamiento político o, como el propio Fraga Iribarne, habían sido incluso ministros en los últimos tiempos de la dictadura.

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Triunfo del PSOE en las últimas elecciones generales - Calle Ferraz, sede del partido, Madrid, 10 de noviembre, 2019.

Al igual que para Estados Unidos los temas de su historia son la Guerra de Secesión, la conquista del Oeste o la Guerra de Vietnam, o para Francia la Revolución Francesa, o para Alemania el Tercer Reich y el Holocausto, para nosotros los españoles, nuestro tema fundamental es la Guerra Civil y por supuesto el franquismo. Tanto es así, que muchas de las personas que han compuesto las diversas agrupaciones de Memoria Histórica surgidas a finales de los años 90 nacieron después de la muerte de Franco. Es el afán de conocer lo que les ocurrió a sus antepasados lo que les ha hecho recuperar con mayor o menor éxito su propia historia. Ustedes saben perfectamente de lo que estoy hablando.

Pero para intentar entender lo que está ocurriendo hoy en España, mostraré una foto fija de la situación. Advierto que una fotografía nunca es inocente, cada uno enfoca donde mejor le parece y ve la realidad a través de sus ojos o de su entendimiento. El parlamento español hoy ha quedado de la siguiente forma: PSOE, 120; PP, 88; VOX, 52; Unidas Podemos, 35; Ciudadanos, 10; PNV, 6; EH Bildu, 5; otros, 21 (aquí se agrupan diversos partidos de diferentes ideologías sin suficiente representación para formar grupo parlamentario). Este reparto de escaños supone que la coalición entre el Partido Socialista y Unidas Podemos —con el apoyo de algunos grupos nacionalistas— consigue una mayoría exigua para gobernar.

Pero vayamos un poco más atrás. La crisis económica mundial de 2008 provocó una grave recesión que puso de manifiesto la debilidad de Europa para hacer frente a tal catástrofe financiera. Mientras que en Europa el pragmatismo de la socialdemocracia fue perdiendo fuelle, los partidos que apelaban al nacionalismo, como los que he citado más arriba, iban ganando votos; en España surgió un movimiento popular impulsado por el hartazgo del bipartidismo y la sucesión continua en el poder del Partido Popular y el Partido Socialista, que dio origen a Unidas Podemos.

Este movimiento surgió inicialmente por una protesta en todo el país convocada por una serie de organizaciones, entre las que destacaba Democracia Real Ya, que derivó en una concentración permanente en la céntrica plaza de la Puerta del Sol en Madrid (aunque también hubo iniciativas parecidas en Barcelona y en otras ciudades españolas). La reivindicación principal era la de acabar con el bipartidismo PP-PSOE, organizaciones políticas que se habían repartido el poder desde el año 1982, y promover una democracia más participativa. Por razones de espacio no voy a extenderme más en la trayectoria de este movimiento, pero es muy importante para entender los acontecimientos posteriores.

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Indignados – Puerta del Sol, Madrid, mayo, 2011.
Foto: Melisa Flores Tortosa

Una de las consecuencias de la aparición de Podemos es el impulso del partido político llamado Ciudadanos, nacido en 2006 en el ámbito catalán. Conocida es la intervención pública del director del Banco Sabadell, Josep Oliu, en 2014 (meses después del nacimiento de Podemos) proponiendo crear “un Podemos de derechas” porque “el Podemos que tenemos nos asusta un poco” (El Periódico, 25/06/2014). El partido que —impulsado desde ámbitos empresariales— asumió el papel de “Podemos de derechas” fue Ciudadanos. La otra formación que hoy tiene una importante representación parlamentaria es VOX, nacida en 2013, y compuesta por antiguos miembros del Partido Popular. La deriva de este le ha colocado en la extrema derecha en el espectro político español.

La fuerza de Podemos en el panorama político español desestabilizó en principio al Partido Socialista, que vio cómo su bajada en votos iba en aumento y más aún con la aparición de otro grupo, Ciudadanos, que se situó en el centro del tablero. Pero el Partido Popular, que durante mucho tiempo había conservado entre sus filas a “todas las derechas” del país, se encontró con una formación de centro derecha, joven, libre de la corrupción de los tiempos anteriores que minó su caladero de voto, y algunos votantes que querían una derecha más “europea” pensaron que ese era el camino. Sin embargo, ciertos elementos de la facción más a la derecha del Partido Popular encontraron en VOX su verdadera voz. Ciudadanos perdió su batalla por hacerse con el control del espacio electoral de la derecha moderada y ahora se encuentra en una posición muy débil. En estos momentos, son el PP y VOX quienes están luchando a dentelladas por el espacio de la derecha en España. Por eso no nos sorprenden las intervenciones “subidas de tono” de una diputada del Partido Popular como Cayetana Álvarez de Toledo (perteneciente a una familia bien conocida en Argentina), que ha merecido el reproche de algunos de sus compañeros de partido.

Pero ¿es VOX un partido franquista? Evidentemente, sus dirigentes tienen añoranza de un mundo que no vivieron. Su líder, Abascal, nació un año después de la muerte de Franco. Ha tenido una vida política en el PP del País Vasco, después en la Comunidad de Madrid y, posteriormente, ha recalado en VOX. No es una trayectoria vital extraña. Pero lo que inquieta más es quiénes son sus votantes. Me viene a la memoria un libro titulado Los empleados de Siegfried Kracauer —uno de los intelectuales alemanes más importantes de entreguerras— que nos acerca de manera lúcida al Berlín de los años 30. Sus habitantes, cada vez más preocupados por la fuerte crisis que llegaba a Europa desde Estados Unidos, responsabilizaban a los inmigrantes de su pobreza (¿les suena?) y se estaba produciendo el auge de una clase media a la que pertenecían los “empleados” públicos o privados, frente a los trabajadores manuales. Era el caldo de cultivo perfecto para lo que ocurrió en marzo de 1933. Aunque hay grandes diferencias entre aquella época y la actual, habrá que estar vigilantes.

Creo firmemente que aunque todavía quedan resquicios, vínculos familiares con elementos del antiguo régimen, lo que se está dirimiendo en estos momentos es una lucha encarnizada por el modelo de sociedad, con Europa como marco. Pablo Iglesias lo dijo más explícitamente en el parlamento refiriéndose a VOX: “Son una formación de grandes apellidos y poca vergüenza que falsea títulos para ejercer sin poder hacerlo y que no tienen más patria que su dinero […]. Ustedes ni siquiera son fascistas, son simplemente parásitos”.

* Filólogo y editor

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