Este tiempo tan particular que vivimos, en medio de esta tormenta llamada coronavirus, nos reencuentra con un nuevo 2 de abril para conmemorar a los Veteranos y Caídos en la guerra de Malvinas. Frente a este enemigo invisible que ataca a la humanidad, esta lucha del pueblo argentino puede ser un gran punto de partida para construir una nueva alternativa de unidad y solidaridad mirando hacia los tiempos venideros, en donde la causa Malvinas no es ni será indiferente.   

El presidente Alberto Fernández, que hoy con dignidad encabeza la campaña de emergencia sanitaria para contener esta pandemia, habla con claridad sobre la cuestión Malvinas desde el momento en que asumió, reafirmando su compromiso de trabajar para potenciar el legítimo reclamo por la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Además, resalta que para esta tarea no alcanza el mandato de un presidente o una presidenta y que se debe trabajar en una política de Estado a mediano y largo plazo. Por eso no es menor la creación de la Secretaría de Malvinas en la Cancillería y de un Concejo donde participan una pluralidad de voces: todas las fuerzas políticas, la provincia de Tierra del Fuego, representantes del mundo académico y los excombatientes. La finalidad del Concejo es llevar adelante estrategias a largo plazo que, más allá de los gobiernos de turno, permitan potenciar la defensa de la soberanía de las islas Malvinas. Al hablar de nuestras islas no nos referimos sólo a resguardar la soberanía territorial o marítima, sino también la cultural, educativa, laboral, ambiental y económica.

Es cierto que hay tantos puntos de vista sobre Malvinas como protagonistas de la guerra. Esas miradas nos deben ayudar a construir y reflexionar sobre la construcción de nuestra identidad como argentinxs. Hay que reiterar el permanente y justo reclamo de soberanía que tiene nuestro país desde 1833. Debemos reafirmar y exigir al Reino Unido de Gran Bretaña la discusión sobre soberanía de las Malvinas e islas del Atlántico sur, tal como lo establece la Resolución 2065 de Naciones Unidas desde hace más de 50 años. Toda defensa por los derechos soberanos de Malvinas había desaparecido de agenda, a pesar de ser un principio constitucional y un objetivo irrenunciable del pueblo argentino. En tanto imperio que aún presume ser, Gran Bretaña trata de imponer su versión de la historia, avanzando de forma alarmante en favor de sus propios intereses, procurando desmalvinizar a la Argentina y a la región latinoamericana.

No podemos dejar de hablar y evocar el pasado, recordar a nuestros compañeros caídos durante el conflicto bélico de 1982, que siempre están presentes, pero queremos hacerlo pensando en la actualidad y en los tiempos venideros, recorriendo todos los caminos posibles en el reclamo de nuestra soberanía, bajo el único signo de la paz y el diálogo.

Que este momento difícil y excepcional que estamos atravesando resguardados en el refugio de nuestros hogares, nos ayude a pensar y a seguir construyendo caminos en defensa de nuestra soberanía. No sólo para quienes vivimos aquellos días de 1982, sino también para las próximas generaciones, a quienes debemos continuar transmitiendo este legado y nuestro profundo amor por las islas. Junto a ellxs generaremos la fuerza necesaria para construir una renovada política de Estado sobre la causa Malvinas, que por historia y derecho nos corresponde. Para construir una sociedad más justa es imprescindible no olvidar nuestra historia, y esa es una de nuestras tareas cotidianas.

Por suerte todo pasa y el coronavirus también lo hará. Esperemos que pronto vuelvan a soplar vientos de esperanza en la Argentina y que Malvinas siga siendo una causa Nacional, Popular y Latinoamericana.

Por Verdad, Memoria, Justicia y Soberanía.

* Edgardo Esteban es periodista, ex combatiente y Director del Museo Malvinas e islas del Atlantico Sur.