25/01/2016
La Librería de Mujeres
Libros como puentes de igualdad
Por Laura Rosso
Fotos Constanza Niscovolos
Funciona desde 1995 en el bello Pasaje Rodolfo Rivarola, en el centro porteño. Comparte el podio con otras 60 librerías especializadas que hay en el mundo, pero es la única de Latinoamérica. En sus estantes se apilan miles de volúmenes, consulta obligada de toda una generación de feministas en busca de lecturas necesarias.
Una librería de mujeres es un espacio de encuentro feminista donde la posibilidad de proyectar políticas de liberación se ancla en el corazón de quienes atraviesan sus puertas. Es un sitio donde la voluntad de disolver las relaciones patriarcales de dominio se hace presente cada vez que alguien la visita. Es un ámbito para conversar y debatir cuestiones tan profundas y esenciales como la libertad. Es un punto en el que la felicidad se encuentra cuando se conquistan derechos. Hay cerca de sesenta librerías de mujeres en el mundo. Y la única que existe en Latinoamérica está en Buenos Aires. Fue allí, en la Librería de Mujeres, donde Ilse y Claudina festejaron su unión civil, con torta de casamiento decorada con muñequitas que cambiaron su destino de torta de comunión. Un espacio que propicia tanto expresiones artísticas como reuniones de activismo lesbofeminista. Una superficie enmarcada por libros donde es posible citarse, dejar mensajes, buscar obras, planificar una actividad, conocer las últimas publicaciones y las que están por ser editadas. Carola Caride y Piera Oria (Italia, 1941- Buenos Aires, 2008) fundaron la Librería de Mujeres el 8 de marzo de 1995 en un local del Paseo La Plaza, en la ciudad de Buenos Aires y desde ese momento se erige como baluarte de toda una generación de feministas. Hoy, en su local de Pasaje Rivarola 133 combinan una editorial, una sala de charlas, debates y exposiciones, y un centro de documentación. Inspirada en la Librería de Mujeres de Madrid, comenzaron con más libros de literatura (La casa de los espíritus, de Isabel Allende, La mujer habitada, de Gioconda Belli, Mujeres que corren con lobos, de Clarisa Pinkola Estés, Nosotras que nos queremos tanto, de Marcela Serrano, El club de la buena estrella, de Amy Tan, Mujeres de ojos grandes, de Ángeles Mastreta, El quinto hijo, de Doris Lessing, algunos de los primeros títulos) que de teoría y reflexiones sobre feminismo y género. Sin embargo, ahí estaba El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, que aún sigue en el top ten de los más pedidos y comparte el chart con Los cautiverios de las mujeres, de Marcela Lagarde, Política sexual, de Kate Millet, Primer coloquio latinoamericano de antropología feminista, Deborah Daich (compiladora), Caliban y la bruja, de Silvia Federici, Ecofeminismo, de Alicia H. Puleo,Psicoanálisis y feminismo. Pensamientos fragmentarios, de Jane Flax, Subversión feminista de la economía, de Amaia Perez Orozco, Violencia familiar. Liberarse es posible, de Cristina Bertelli, y Feminismo negros, de Mercedes Jabardo (compiladora).
Derechos humanos, igualdad de condiciones para los géneros, feminismo y transfeminismo, educación sexual, cuerpo, aborto, prostitución y trata, familia, derechos reproductivos, diversidad sexual, violencias, género y transgénero, arte, literatura, historia, ciencia y tecnología son los tópicos que se fueron multiplicando en la Librería para llegar a manos ávidas de lecturas necesarias.
Librería de Mujeres aloja hoy casi veinte mil volúmenes. De esa amistad entre Piera y Carola, amigas y socias fundadoras en 1988 de la Asociación Civil Taller Permanente de la Mujer, nació la Librería de Mujeres. Fueron una dupla inseparable. Crecieron juntas. Piera escribió De la casa a la Plaza, junto con Alicia Moscardi, el primer libro sobre Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Murió en mayo del 2008 y fue velada en la sede de la Librería de la calle Hipólito Yrigoyen. Ahí estuvieron amigas, muchas feministas y lesbianas feministas, que entre conversaciones, música y cantos la despidieron con el agradeciemiento del compromiso y la lucha compartida.
La batalla se gana luchando
La militancia agregó sentido a la vida cotidiana de Carola. Dice que formó parte de su proyecto de vida. Comenzó en los derechos humanos y más tarde se incorporó el feminismo. La Librería es desde hace veinte años un proyecto en el que aprendió lo que era el feminismo. Es trabajadora social y está al frente de la Librería, donde también colaboran Sol, Victoria y Socorro, tres de sus hijas. Marta Fontenla, abogada feminista, es también parte de este proyecto desde el momento en que nació. Se conocen desde los años ’80 y desde hace más de treinta años comparten experiencias de militancia feminista en la agrupación ATEM (Asociación de Trabajo y Estudios de la Mujer - 25 de noviembre). Desde la fundación de ATEM en 1982 expresaron su voluntad de lucha contra la opresión patriarcal. Marta integra también la revista feminista Brujas, que fue desde el primer número, un insumo que nutrió a las feministas de nuestro país. Recuerda: “Veníamos de la dictadura. Esa violencia que estuvo tan marcada en Argentina nos fue señalando el camino de lo que era la violencia contra las mujeres, de lo que pasaba y sigue pasando con la opresión de las mujeres, y con la desigualdad entre varones y mujeres. Sentíamos como una rebelión contra un orden que es injusto, y sabíamos que quien puede dar respuesta a eso es el feminismo.”
Derechos humanos, igualdad de condiciones para los géneros, feminismo y transfeminismo, educación sexual, cuerpo, aborto, prostitución y trata, familia, derechos reproductivos, diversidad sexual, violencias, género y transgénero, arte, literatura, historia, ciencia y tecnología son los tópicos que se fueron multiplicando en la Librería para llegar a manos ávidas de lecturas necesarias. En el centro de documentación de la Librería de Mujeres tienen más de setecientos libros que están agotados. Por ejemplo, Trilogía de la trata de blancas, de Julio Alsogaray, Ciencia y feminismo, de Sandra Harding, Nacemos de mujer, de Adrienne Rich, Reflexiones sobre género y ciencia, de Evelyn Fox Keller, Alicia ya no, de Teresa de Lauretis, y la colección completa de Revista Brujas.
Librería de Mujeres es una geografía donde tender puentes hacia la igualdad. Un paraje donde crece la fuerza, el entusiasmo y la confianza porque hay amigxs que saben de qué se trata embanderarse en la misma lucha.
Compañeras de luchas
Patricia Reynoso, colaboradora de la Librería entre 1999 y 2010. “He tenido la posibilidad de pertenecer al equipo de Librería de Mujeres durante once años. Se me escapa una sonrisa al recordar las ocasiones (reiteradas por cierto) en las que se acercaban hombres a explorar este espacio con un nombre llamativo: 'Librería de Mujeres' y al ingresar preguntaban: ¿Acá pueden entrar hombres?, como si se tratara de un chiste original. En esos mismos años, también mujeres ingresaban al local solicitando el libro de la cocinera de moda o algún texto de costura o tejido, quedando casi perplejas cuando les explicábamos que la temática de la Librería era otra… Pero también eran esas mismas mujeres, las que no conocían la Librería, las que se acercaban a los stands de Librería de Mujeres en diferentes encuentros y talleres y se fascinaban con aquello que los libros de género contaban, con ese reflejo en el que se veían al leer que había posibilidades y herramientas para salir de relaciones violentas o de acceder a espacios que defendieran sus derechos, que otras mujeres ya habían luchado para obtener esos logros y que todo eso era contado por los libros que ofrecía esta Librería. Pero también a la Librería llegaban mujeres que necesitaban completar o comenzar sus tesis, buscaban libros que no podían encontrar en los espacios tradicionales o simplemente querían ser atendidas por mujeres que pudieran orientarlas en su búsqueda, sin preguntarles cómo se escribía Simone de Beauvoir. Fueron años difíciles, las reiteradas e inminentes amenazas de cierre hacían temblar la continuidad de la Librería y sólo la lucha de sus fundadoras Carola y Piera y el apoyo de muchas amigas que acompañaron este recorrido, hicieron posible que hoy podamos celebrar los veinte años. Porque, para muchas de nosotras, Librería de Mujeres no es sólo una librería. Es un espacio de contención, de lucha, de aprendizaje, de encuentro. Porque la lucha es indispensable cuando se trata de defender un sueño.”
María Laura Rosa, especialista en Arte Feminista, docente e investigadora. "Conocí la Librería de Mujeres en el año 2001 cuando Carola Caride y Piera Oria tenían el local en la calle Montevideo entre Corrientes y Sarmiento. Como vivíamos muy cerca –y aún lo estamos-, solíamos comprar libros con mi pareja y participar de las actividades que ellas organizaban. Incluso, alguna vez fue él solo a ver documentales como el que pasaron las feministas de Duoda sobre la libertad femenina. La Librería nos acompañó todos estos años, en especial a mí con mi crecimiento feminista. Recuerdo que cuando tuve a mi hija Magdalena fui en busca de material sobre la experiencia de la maternidad, para mí no había otro espacio en donde conseguir explicaciones sobre los cambios que estaba teniendo en mi vida, donde encontrar en las experiencias de otras mujeres las palabras alentadoras y tranquilizadoras de lo que estaba viviendo. Los libros me transmitieron aquellas experiencias de autoridad y saberes femeninos. Cuando mi hija estaba por cumplir cuatro meses, en junio de 2007, pude asistir a una conferencia que dio Milagros Rivera Garretas y que luego la Librería editó: El miedo a la libertad femenina. Ilse Fusková me avisó del evento y me vino a buscar. Su pareja Claudina Marek se quedó con la bebé mientras íbamos a escuchar a Milagros. Nunca voy a olvidar ese momento porque fue mi primera salida feminista durante el puerperio. En el año 2008, el local estaba en la calle Yrigoyen al 1500. Carola y Piera organizaban exposiciones, charlas y debates de los que participábamos con mucho entusiasmo. La Librería de Mujeres forma parte de mi experiencia feminista. Recuerdo los cumpleaños en los que participamos con mi hija y en los que siempre circula el cariño y la celebración de la vida. Es un espacio donde aprender, compartir, crear amistades, enseñar orgullosa a amigas y amigos, a alumnas y alumnos, donde afianzar ideas, intuiciones, y en donde soñar. Es ante todo un espacio de libertad".
Ilse Fuskova. Activista lesbofeminista y ecologista. “Conocí a Piera Oria en Lugar de Mujer (creo, en 1984), en Corrientes y Pueyrredón, primer espacio feminista autofinanciado. Luego conocí a Carola. Ambas soñaban con una librería de mujeres. Y lo lograron. Nació entre nosotras una gran amistad, que se convirtió en familiaridad. Cuando Carola tenía que viajar, Piera (que salía de una enfermedad) se quedaba con nosotras, con Claudina y conmigo. En la Librería de Mujeres se encuentra lo imposible de conseguir en otro lado y se convirtió en un espacio de encuentro y contacto. Carola trajo de Córdoba la Biodanza a la Librería, y lo practicábamos mujeres y varones. Durante años fue un lugar importantísimo de práctica y formación. Librería de Mujeres es calidez, cultura y creatividad en todo sentido. Imposible imaginar Buenos Aires sin este espacio. Gracias Piera y Carola.”
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